Antropólogas frente al colonialismo

 

Audrey Richards y Lucy Mair


Introducción

Conocer la historia del desarrollo de la disciplina antropológica es de vital importancia para entender el contexto en el que nos movemos hoy en día. Un momento clave de la antropología fue la crisis producida en el contexto de la descolonización. Ya que este fue un punto de inflexión en el pensamiento antropológico y su desarrollo como ciencia social independiente de otros organismos.

Para entender este período es necesario conocer su contexto histórico y las corrientes o escuelas antropológicas dominantes, así como sus exponentes. Para ésto me he valido de la búsqueda de artículos y otros medios digitales para entender la complejidad de la relación entre antropología y colonialismo de la mano de dos antropólogas que destacaron en su campo y cuyo material sigue siendo objeto de estudio: Audrey Richards y Lucy Mair. Es importante destacar que estas son dos mujeres que recibieron formación antropológica en un momento histórico en que muy pocas mujeres recibían siquiera educación, lo que las convierte en precursoras de la disciplina. Ambas fueron discípulas de B. Malinowski, padre del funcionalismo.

Audrey Richards (1899-1984)


Audrey Richards nace en Londres en en seno de una familia de clase media alta. A pesar de vivir en la India recibió educación básica en en un internado y más tarde asistió al Newnham College en Cambrdge. En aquel tiempo las universidades, aun permitiendo su asistencia, no otorgaban títulos a mujeres por lo cual Richards opto por trabajar 18 meses para una ONG en Alemania. Allí desarrolló un fuerte interés por la nutrición. Gracias a la influencia de un amigo importante, logro entrar en el seminario impartido por Malinowski, famoso por rodearse de alumnos brillantes de otros campos. Fue su mentor quien la impulso a aplicar sus intereses en la nutrición en el trabajó de campo. Richards sentía una gran admiración por Malinowski y así lo demostró al posicionarse en su favor frente a Radcliffe-Brown en la batalla por la definición de cultura (Korsbaek, 2010).

Realizó varias estancias en África, en la antigua Rhodesia y en Zambia, donde trabajo con la etnia bemba, realizando trabajo de campo tal como había aprendido de Malinowski y escribiendo lo que serian las bases de la Antropología nutricional, siempre bajo una mirada funcionalista. Sin embargo, le interesarían muchos otros temas, entre ellos el simbolismo de los rituales, del cual seria precursora, y las estructuras de parentesco (Nuria Fernández Moreno, 2009).

Lucy Mair (1901 – 1986)


Se la considera la fundadora de la antropología aplicada. Le interesaban temas como la política, la brujería, el parentesco y por supuesto la administración colonial, de la cual tenía un título por la London School of Economics. Publicó el libro New Nations en el que habla sobre las tensiones que surgen del poseso de conversión de las colonias en naciones independientes, compuestas por tribus con fuertes lazos de parentesco. Rechazaba la idea de evolución social y el etnocentrismo, siguiendo el ejemplo de Evans-Pritchard. Lucy Mair escribía para un publico amplio, no necesariamente académicos o administradores y en su honor se otorga la medalla que lleva su nombre al reconocimiento de la buena labor antropológica (Korsbaek, 2010).

Contexto histórico

Ambas autoras se encontraban en un momento histórico clave. Los grandes imperios perdían las colonias. Así que tanto franceses como británicos implantaron un sistema de gobierno indirecto, la conocida Indirect Rule. Consistía en dejar el gobierno local en manos de gobernantes ya existentes como jefes tribales o reyes locales, que se encargaban de administrar el territorio a cambio de perder el control de impuestos, comunicaciones, relaciones exteriores, etc. Se llamaron “protectorados” y gozaban de la conocida “pax britannica”. Contaban con un nutrido grupo se “asesores” que supervisaban el buen funcionamiento de todo. Esto no se logro sin resistencia ni sin pérdida de vidas humanas. Ya que si el “jefe local” no acataba las órdenes de sus asesores, solía ser substituido por otro, sin tener en cuenta la organización social de las tribus locales. Esto podía desembocar en más conflictos. Por lo tanto el gobierno británico necesitaba conocer el funcionamiento interno de estos grupos y recurrió a los antropólogos. Estos en su afán de acceder nuevos conocimientos accedían a colaborar con los gobernantes.

Esto desemboco en un furor por describir comunidades desconocidas. En el caso de Audrey Richards, ella misma cuenta que ser mujer era menos intimidatorio para los locales lo que podía facilitar un poco su trabajo (Richards y Unidad de Ayudas Audiovisuales, 1982). Esto causará una crisis en la disciplina al ver que los antropólogos habían colaborado con estas practicas y llevaría a un replanteamiento del pensamiento antropológico. A partir de aquí surgirían otras formas de entender la antropología, volviendo la mirada a casa, pasando a ser el “otro” local, el nuevo objeto de estudio.

Funcionalismo y colonialismo

Por un lado, algunos autores como Gerard Leclerc en su Antropología y colonialismo de 1975, afirman que la antropología colaboró estrechamente con la Indirect Rule, aunque esta no fue homogénea en todas las colonias. Por otro lado los antropólogos funcionalistas defendían su neutralidad con respecto al proceso colonial. Sin embargo es algo más complejo que eso.

Es cierto que la escuela funcionalista tenía una visión particular del hecho colonial, ya que se centraban en analizar la estructura social de los grupos étnicos, sin tener en cuenta la influencia de los colonizadores. Es decir toma parte en el proceso colonial y no puede ver este proceso desde fuera, como un observador externo. Además debían su financiación y medios para hacer sus trabajos de campo a la administración lo que no los ponía en una situación imparcial, tampoco.

Para Lucy Mair el caso de Uganda, era un claro ejemplo de los buenos resultados de la Indirect Rule para lograr buenas relaciones entre el gobierno colonial y los locales. Creía que una parte de la antropología aplicada consistía en que el antropólogo asumiera el rol de guía del grupo étnico para mostrarles el camino del “desarrollo” (Pellón, 2012). La antropología aplicada era un instrumento más del colonialismo y así lo expresó claramente en sus textos Anthropology and Social Science, de 1969, y Studies in Applied Anthropology, de 1971, ambos divulgativos y de carácter general (Korsbaek, 2010).

En cambio Audrey Richars consideraba que ella podía aportar información “útil” al gobierno pero, según ella no se vio comprometida porque veía los problemas y no solo la retórica de las autoridades (Strathern, 1984). Al contrario, ella pensaba que “Nosotros no nos hemos tomado la molestia de estudiar la totalidad del funcionamiento de la maquinaria política de la cual, la institución de la jefatura forma parte”.1

Es decir, no se había tomado en cuenta las sociedades que se pretendían gobernar. Por eso para la administración colonial la antropología resultaba útil aunque para los funcionarios pudiese ser una molestia ya que los antropólogos parecían entorpecer el funcionamiento de la política colonial. Al preguntarle sobre la ambivalencia del antropólogo en la cuestión colonial afirmó que aunque no pasó por ningún ritual para demostrar a los bemba que ella no era parte de los administrativos, pero sí se separaba públicamente del oficial a cargo sí creía que éste era injusto (Richards y Unidad de Ayudas Audiovisuales, 1982).

Conclusión

Como hemos visto, dos antropólogas contemporáneas y pertenecientes a la misma escuela, llegaron a tener puntos de vista muy diferentes sobre la situación en la que vivían y su aporte a las comunidades que estudiaban.

El hecho es que los antropólogos gubernamentales no aportaron nada práctico a la administración, ya que no se les tenía en cuenta a la hora de tomar decisiones políticas. Lo cual no exime al funcionalismo de ocultar el proceso colonial, de estudiar a los grupos étnicos como entidades aisladas sin tener en cuenta el contexto y no exponer una visión critica con respecto a la violencia y la explotación de los pueblos conquistados (Tejera Gona, 1985).

La disciplina ha cambiado mucho desde aquellos inicios. La historia nos enseña a ser conscientes del momento histórico que vivimos y que conocer el contexto en el cual trabajamos es de vital importancia para el desarrollo de un buen trabajo antropológico.

Bibliografía

-Korsbaek, L. (2010). Las mujeres en la antropología social británica. Dimensión Antropológica, [online] 48. Available at: https://www.dimensionantropologica.inah.gob.mx/wp-content/uploads/03Dimension48.pdf [Accessed 18 Oct. 2021].

-Nuria Fernández Moreno (2009). Antropología y colonialismo en África subsahariana : textos etnográficos. Madrid: Editorial Universitaria Ramón Areces. (Pp: 145-175).

-Pellón, E.G. (2012). Funcionalismo y relativismo cultural: La cuestión de la antropología aplicada. Antropología Experimental, [online] no 12. Texto 23: 287-308(1578-4282). Available at: https://revistaselectronicas.ujaen.es/index.php/rae/article/view/1870/1622 [Accessed 18 Oct. 2021].

-Richards, A. and Unidad de Ayudas Audiovisuales (1982). Sobre el trabajo de campo. www.youtube.com. Available at: https://www.youtube.com/watch?v=GDdKvloisBg [Accessed 18 Oct. 2021].

Strathern, M. (1984). Obituary Aundrey Richards. RAIN, [online] 64, pp.11–12. Available at: http://www.therai.org.uk/archives-and-manuscripts/obituaries/audrey-richards). [Accessed 18 Oct. 2021].

Tejera Gona, H. (1985). Antropología funcionalista y colonialismo: un análisis de su relación. Boletín de Antropología Americana, [online] (11). Available at: https://booksc.org/book/27148477/909b7d [Accessed 18 Oct. 2021].

1"AudreyI. Richards, "TribalGovernmentinTransition",Journal of the Royal African Society, pág. 5 en BronislawMalinowski, Op. cit.,pág. 147.

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